12 jun 2010
12/06/2010 Fin de temporada Cala Lui
Anoche celebramos la fiesta fin de temporada del Club de Montaña
Cala Lui. Una temporada que comenzamos el pasado septiembre en una
caminata por la sierra de Casares y que nos ha mantenido saliendo al
campo casi cada sábado desde entonces hasta ahora mismo, a las puertas
del verano.
Durante estos meses hemos salido hasta en 37 ocasiones a pasear por el monte y la ribera, llevándonos a conocer de primera mano la flora, la fauna y la geología de nuestra tierra. Consiguiendo en algunos casos que los que siempre han salido, incluso en solitario, lo hiciesen acompañando y dejándose acompañar por otros que tenían a veces el primer contacto con nuestra naturaleza serrana. Nosotros, animales de urbe y costa, víctimas del asfalto y la salvaje urbanización, escapábamos cada semana para caminar y disfrutar de las sensaciones únicas que producen las piedras, la tierra mojada, los arroyos, la hierba o los árboles. También para compartir ratos de charla, debate, risas y bromas. Para constituir un grupo de amigos hermanados, además de por todas las demás cosas, por el cariño a la naturaleza.
En estas semanas, durante 37 salidas, hemos caminado por 695 kilómetros de senderos, pistas o travesías sin señalizar de diversos espacios naturales, repartidos así:
Sierra Bermeja, 371 km
Los Alcornocales, 50 km
Sierra Blanca, 16 km
Sierra de las Nieves, 41 km
Sierra Palmitera, 25 km
Sierras Crestellina y Utrera, 65 km
Valle del Genal, 22 km
Valle del Guadiaro, 18 km
Caminos Jacobeos Asturianos y Gallegos, 187 km
Entre todos hemos cargado en nuestras piernas 3.401 km, si bien algunos superan individualmente los 500 y otros, con una sola caminata, no pasan de 20.
Nosotros, los caminantes de Cala Lui, hemos sido un grupo que ha contado hasta 28 marchadores distintos. 25 humanos y 3 perros. 15 hombres y 10 mujeres de entre los humanos. Por su origen geográfico, casi todos somos de Estepona, 15, pero también son de los nuestros 3 argentinos, 3 madrileños y 1 compañero de Euskadi, Austria, California y Florida.
Y llegados a este punto, y sabiendo que durante el verano seguiremos viéndonos en esas caminatas nocturnas bajo la luna llena y otros paseos a charcas y playas de nuestro maravillosa tierra, que es el paraíso, sólo nos queda decir … ¡Nos vemos en el monte!
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Durante estos meses hemos salido hasta en 37 ocasiones a pasear por el monte y la ribera, llevándonos a conocer de primera mano la flora, la fauna y la geología de nuestra tierra. Consiguiendo en algunos casos que los que siempre han salido, incluso en solitario, lo hiciesen acompañando y dejándose acompañar por otros que tenían a veces el primer contacto con nuestra naturaleza serrana. Nosotros, animales de urbe y costa, víctimas del asfalto y la salvaje urbanización, escapábamos cada semana para caminar y disfrutar de las sensaciones únicas que producen las piedras, la tierra mojada, los arroyos, la hierba o los árboles. También para compartir ratos de charla, debate, risas y bromas. Para constituir un grupo de amigos hermanados, además de por todas las demás cosas, por el cariño a la naturaleza.
En estas semanas, durante 37 salidas, hemos caminado por 695 kilómetros de senderos, pistas o travesías sin señalizar de diversos espacios naturales, repartidos así:
Sierra Bermeja, 371 km
Los Alcornocales, 50 km
Sierra Blanca, 16 km
Sierra de las Nieves, 41 km
Sierra Palmitera, 25 km
Sierras Crestellina y Utrera, 65 km
Valle del Genal, 22 km
Valle del Guadiaro, 18 km
Caminos Jacobeos Asturianos y Gallegos, 187 km
Entre todos hemos cargado en nuestras piernas 3.401 km, si bien algunos superan individualmente los 500 y otros, con una sola caminata, no pasan de 20.
Nosotros, los caminantes de Cala Lui, hemos sido un grupo que ha contado hasta 28 marchadores distintos. 25 humanos y 3 perros. 15 hombres y 10 mujeres de entre los humanos. Por su origen geográfico, casi todos somos de Estepona, 15, pero también son de los nuestros 3 argentinos, 3 madrileños y 1 compañero de Euskadi, Austria, California y Florida.
Y llegados a este punto, y sabiendo que durante el verano seguiremos viéndonos en esas caminatas nocturnas bajo la luna llena y otros paseos a charcas y playas de nuestro maravillosa tierra, que es el paraíso, sólo nos queda decir … ¡Nos vemos en el monte!
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